Gobierno de Petro, otro alfil del globalismo

Por: Esteban Arango

Desde su posesión, el actual presidente colombiano Gustavo Petro ha venido confirmando su adhesión sin restricciones a las políticas de Washington. El último capítulo de esta saga tuvo lugar el pasado miércoles 24 de agosto, con la votación a favor de la resolución con la que EE.UU y sus aliados buscaban condenar a Rusia en la ONU. Este último, un hecho que se suma a otros que demuestran la completa sumisión del gobierno de Petro a los intereses occidentales, cuya agenda política es ahora la línea oficial del actual gobierno colombiano. 

La condena a Rusia

Efectivamente, las potencias occidentales, con EE.UU a la cabeza, han venido buscando apoyos para marginar a Rusia en el orden internacional. Ya anteriormente, el 2 de marzo de este año, el gobierno títere de Zelensky había solicitado ante la ONU una resolución de condena a Rusia, que obtuvo el apoyo de 141 miembros. Sin embargo, como lo señala el geopolitólogo M.K. Bhadrakumar en un artículo reciente, tal apoyo ha disminuido considerablemente: «internacionalmente, el apoyo a Ucrania por fuera del bloque occidental se ha derrumbado dramáticamente en los meses recientes. La propuesta de Kiev del miércoles para condenar a Rusia obtuvo el apoyo de solo 58 de 193 Estados miembros de la ONU, mientras que en la sesión de marzo 2 de la ONU GA, 141 países miembros habían votado por una resolución no vinculante de condena a Moscú» (Ground beneath Zelensky´s feet is shifting, Indianpunchline.com). 

Según Alex Christoforou, analista del medio alternativo The Duran, entre los países firmantes no hay ni una sola nación africana y del Medio Oriente, mientras que entre los países latinoamericanos solo hubo dos que firmaron la resolución condenatoria a Rusia: Colombia y Guatemala (Elensky, political upheaval by winter. CNN, Ukraine resistance blueprint. CIA Turkey panic. Update 2, The Duran)

Así las cosas, el intento de marginar a Rusia de la comunidad internacional resultó en un fracaso estrepitoso. Sin embargo, no es ese el único hecho en el que el actual régimen colombiano ha demostrado su servilismo a Occidente. Ya en su discurso de posesión, el actual presidente colombiano había dejado claro que no pensaba modificar en absoluto la posición del país en lo referente a su apoyo irrestricto a Washington.

Petro, un agente del globalismo

En su discurso de posesión, el izquierdista Gustavo Petro confirmó su intención de implementar en Colombia la agenda verde que está promocionando el Foro Económico Mundial (ver: Transitioning to green energy is key to both tackling climate change and creating sustainable economies, World Economic Forum). Sin mencionar directamente al Foro, Petro defendió las políticas que Biden y los líderes europeos, entre otros, han venido implementando con consecuencias desastrosas: «El cambio climático es una realidad. Y es urgente. No lo dicen las izquierdas ni las derechas, lo dice la ciencia. Tenemos y podemos encontrar un modelo que sea sostenible económica, social y ambientalmente… nosotros estamos dispuestos a transitar a una economía sin carbón y sin petróleo». Y para rematar, este presidente, que llegó al poder con la promesa de que en su gobierno los colombianos iban a «vivir sabroso» dijo a miembros de la ANDI (Asociación Nacional de Empresarios de Colombia) que «años venideros serán peores» por cuenta del ´cambio climático´. 

De hecho, al igual que el gobierno de Biden en EE.UU, que canceló las perforaciones petroleras, contribuyendo con eso a la carestía de la gasolina cuyos precios no han parado de subir desde que comenzó la guerra en Ucrania, el gobierno de Petro ya anunció que hará lo mismo en Colombia. Y el ministro de hacienda ya está amenazando con aumentar el precio de los combustibles, con el pretexto de que es necesario para poder equilibrar el terrible déficit de la nación: «el año entrante y de acuerdo con esas estimaciones, tendríamos un déficit de 28 billones de pesos a no ser que comencemos a aumentar fuertemente los precios de los combustibles, que es un tema complejo», dijo. 

Poco importa si la gente pasa hambre por el alto precio de los alimentos (ya en las nubes por cuenta de la inflación) o si la situación de nuestros campesinos empeora, como ya se está viendo en Europa, en donde los campesinos holandeses, italianos, polacos y alemanes se han tomado las calles para protestar contra las regulaciones ambientales introducidas para mitigar el ´cambio climático´; o si nuestra economía se derrumba, como ocurrió en Sri Lanka, en donde la agenda verde llevó al colapso del Estado, como lo admitió la revista Foreign Affairs (In Sri Lanka, Organic Farming Went Catastrophically Wrong, Marzo 5 de 2022). Nada de eso parece importarle al autócrata Petro, a quien solo parece interesarle la agenda verde que las élites ultrarricas del Foro Económico Mundial han diseñado para nosotros, pese a que nadie ha votado por ellos. 

En pocas palabras, lo único importante para este gobierno es continuar con la política del Respice Polum que ha dictado el rumbo del país desde el principio del siglo XX. En últimas, los discursos anti imperialistas a que nos tenía acostumbrados la izquierda colombiana no son más que eso: discursos, letra muerta. Las medidas tomadas por este gobierno y los hechos recientes así lo demuestran. 

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar